Gualicho de olvidar...
Sí, 20 años no son nada, ¿pero 25? eso ya es abuso

miércoles, 24 de marzo de 2010

A 34 años del Golpe




Más de 30.000 razones para decir: Ni Olvido, ni Perdón. Juicio y Castigo. Ni un solo genocida por las calles de Argentina.

sábado, 13 de marzo de 2010

El Mismo Vapor de Enero


El temblar es lo de ayer
siempre en busca de tu mármol.
Y aunque más lo retenés
se te rompe entre los dedos.
Tenemos diez pares de miedos,
sin potencias para nada.
Soy el surco de mi sed,
una seña entró en mi rostro.
Abriendo el neceser
con agujas hipodérmicas.

Volvés
volvés tan cansado a casa.
Volvés
Y nunca más te vuelvo a ver.

Siempre la necesidad
da lugar a la viejita.
Sin carteles a cenar,
no hay más marcas en el mundo.
Sin vos, no puede haber un vos mismo,
y yo nunca me equivoco.
Es difícil ser realiste:
Si mangosta, cabra o león,
si gorila o benteveo.
Con agujas no se habla.

Volvés
volvés tan cansado a casa.
Volvés
Y nunca más te vuelvo a ver.

***

Subí al techo del edificio, y desde ese punto miré la ciudad. Me gustan mucho esas panorámicas. Es un instante de conexión con todos esos seres humanos, y los veo desde arriba, como si fuera un ente rector. Si bien, llegué al punto de creer encontrar tramas argumentales escasas, nunca dejaron de encantarme las pequeñas singularidades. Pero estas suelen ocultarse bien. Aún en el más estúpido de los hombres hay una historia, que sólo precisa de unos oidos dispuestos para brotar.
Es curioso, por que en el techo estoy solo, y no oigo, solo veo. Y no veo esas bellas historias, no; veo la vida rutinaria, el fondo, el decorado de esas historias. Es en la calle el lugar de la escucha. O en el "domus", por que, hilando fino, se necesita del recinto adecuado para abrir la emotividad.
La vida actual reprime la emotividad, la higiene pública la rechaza. Pienso que por eso (auqnue no solo por eso), hay tanto sufrimiento, tanta soledad.
Quién no gusta de estar cerca de las personas alegres o graciosas; y quién no huye del silencioso. En el techo hay silencio, así me preparo para desnudar a la gente. No me altera ese silencio...es solo una espera...donde el otro tiene miedo.
Se aprende a hablar, quiero decir el cómo y cuándo hablar. Cuando bajo del techo, busco ser para mi gente el ámbito de lo seguro, el sitio donde no estén sitiados. Casi nunca fallás cuando ofrecés tu escucha. Hay mucho que liberar, siempre. Y el que escucha se prepara, descargándose sólo, en el techo. Y mirando.

jueves, 4 de marzo de 2010

Atravesado

Al atravesar con una aguja tus labios, sangran. ¿Te duele?, supongo que sí. Pero no podía esperar más. Te tenía tantas ganas... Simplemente verte de cerca, ¿me ves?. Sí, que alegría tenerte atada, aquí, ¿sabés?. Puedo hacerte lo que yo quiera, ¿sabés?. Y es muy probable que lo haga.
Es que...vos no siempre te portaste bien conmigo...
Mucho tiempo dando vueltas, cerca, demasiado, sabiendo que no tenías que hacerlo. Y yo te advertí. Y ahora aquí, sentadita, ¿qué me decís?¿no podés hablar?¿te siñe mucho el pañuelo?¿querés llorar?
Y qué más puedo darte, ¿querés que te toque?...para de llorar, lo húmedo no me gusta, ¿sabés?
¿Qué tal otra aguja? Mirá, hacé de cuenta que te estoy poniendo piercings, ¿dale?. Me gustás muchísimo... Me encantan tus ojos, hace tanto que no los veía de cerca.
A veces pienso en lo preciosa que sos, y me da lástima que andés con otros. Ellos no te aprecian como yo, ¿ves?¿cuántos harían lo que yo te estoy haciendo?
Te va a gustar esta música, es bien envolvente. No me digás que duelen, son solo seis. Mirá que tengo como diez más, son como fierritos, pero bien esterilizados, no quiero que te pase nada malo. No me confundás con cualquiera, amor.
Esperá ahí, bue, un chiste, ya sé que no te vas a mover. Quiero sacarte un par de fotos.
Che, colaborá, pará de llorar, no tiene gracia así. Pará...¡Pará!
No quise hacerlo, vos me obligás: ¿no te das cuenta que le sacás todo el mérito artístico?...¿tenés frío?¿o querés que ya te ponga las agujitas en los pechos?

La puta, se desmayó...