Gualicho de olvidar...
Sí, 20 años no son nada, ¿pero 25? eso ya es abuso

domingo, 18 de octubre de 2009

Demasiado deseo en sus ojos


Siempre recurre al mismo recurso, la fantasía, y piensa en los posibles desenlaces que podrían haber tenido sus desventuras. Luego de las horas que se comparten sin poder acceder a la palabra precisa que habra unos labios, o unas puertas, se queda con las imágenes y los sonidos que nunca existieron, o que sí, existieron, en su libreto. Piensa que tiene algo de guionista, que se refugia en sus propias invenciones para escaparle a tanta cobardía.
Por eso, la nada que fue debería haber sido: "A las tres horas de estar el grupo totalmente ebrio, acercó su silla y la colocó frente a ella. La miró durante unos segundos plenos de significado, aunque ella hubiera llegado a sentirse incómoda. Pudo verle las líneas que deja el desvelo en el rostro de un hombre. Y comenzó a explicarle que no tuvo sentido alguno dormir, porque la ansiedad y las ganas de verla generaban en su estado de ánimo una fiesta, un bacanal endemoniado. Que también tenía en claro lo inoportuno del comentario, pero que al fin y al cabo, prefería jugarse todo en esta mano, y "cual es si no es bienvenido mi pedido". De todas formas, solo hubiera cambiado la causa de sus desvelos. Y ella le acariciaría su cara y le tocaría la pierna diciéndole, "sabés que no...", solo para que él lo sepa para siempre, y lo ignore hasta el infinito, intercalando que lo que él sentía por ella no contemplaba réplica alguna, y mucho menos una negativa. Tenía en claro que sus sentimientos, o lo que es más crudo y sincero, su deseo, era una fatalidad. Y se pararía para robarle un beso".
¿O realmente se levantó para robarle un beso?

No, no lo hizo. Y nunca lo hizo. Y no sé si lo hará. El viento se come despacio la vida de los que no viven. Y las páginas se llenan de frustración, por que en cada fantasía existe el deseo de concretarse, y en cada fracaso, un poco de muerte, un poquito más de dolor.

domingo, 11 de octubre de 2009

Callate, Mark



Definitivamente este será un post raro, por lo menos para lo que suelo escribir. La intención gravita alrededor de un tema: cómo las coincidencias o azares terminan cerrando algunas veces, dando como resultado experiencias particulares. Voy a tratar de ordenar cronologicamente una serie de, ¿cosas, eventos?, que no voy a decir que cambiaron mi vida, pero sí por lo menos dieron origen al presente artículo.
Sin más rodeo:
Cállate Mark es un tema de Sumo, la banda del pelado Luka, Mollo, y otros. En una versión en vivo, el tano aclara que está dedicada al asesino de Lennon. Cuando escuché esta introducción (que cuenta además con un lapsus de Prodan), recordé que no era la primera vez que dentro del rock nacional escuchaba algo del tema: "No va a morir frente al Dakota"...
En "Héroe del Whisky", Solari lo trae desde las sombras al Inmensamente Imprescindible de Lennon. Hace años que el tema me parece el más encumbrado de los Redondos, a mí gusto y paladar, sobre todo por esos guiños breves pero intensos. El Indio afirma, "no va morir frente al Dakota", y es una expresión de deseo: realmente el Beatle fue fusilado frente al edificio Dakota, el 8/12/80, por Mark Daviv Chapman (tranquilamente, Hombre/chapa, chapita).
¿Quién fue este tipo? ¡ni idea chabal! Sólo pude averiguar un par de cosas sobre él, sucesos a los cuales su existencia se ve reducida por nosotros, los que intentamos entender el lugar que la locura ocupa en el hombre. Prodan le grita ¡So, shut up Mark!, ¿por qué?: "Yo sólo quería encontrar un modo de ser alguien que no soy. De ser amado" declaraba Marky, quién sentía por Lennon una devoción, una pasión; a la vez, una voz interna lo convencía de haber sido traicionado por el ídolo.
A Chapman se le encontró un libro: "The catcher in the Rye", de Salinger. Libro del que mi profesor de taller a principio de año trajo un fragmento, fragmento que me pareció magnético: el protagonista habla con el lector, le explica una situación. Sediento del libro me lo compro y lo leo al toque.
A mediados de este año, en Córdoba me encontré con la versión en su idioma original: más impactante, tremendamente transparente, no sé cómo describirlo; el narrador remata sus frases con un You Known... que te hace meterte en su piel. Termine fascinado. Deslumbrado, que también es decir, un poco ciego.
Esta historia, la mía, tiene un par de eslabones más, pero no quiero hartar. El edificio, el Dakota.


domingo, 4 de octubre de 2009

Debería ser "Vuelve el perro arrepentido", pero está muy trillado


¡Arriola las manos!
Siempre supe que tenía algo más que decir
lástima que sean las tres y once.
En medio de tanto
suceder sucedido,
del moco empasto en el ombligo,
de la bocanada de aire fresco
provocador de nuevas bocanadas
hechas de puros espasmos.
Brutalidad de unos ojos
¡solo unos!
Y ¿por qué no? también el olvido
del horario de las clases del mañana,
del teórico de somática de las 11.30 de la mañana de mañana.
Es en medio del asalto forcluido
de la punta del iceverg(a) pendulante del racimo,
en medio de mi farsa que retorna
al conformismo si me hablan del rocío.

Me falta práctica, pericia.
Sólo me falta la lengua,
lalangue lacaniana, y los dientes perdidos
aquel domingo que queda dolorido
en la entrada del mismísimo camino,
que hoy revivo a la salida
del último recoveco
que me vió vivo.